lunes, mayo 19, 2008

El tiempo del lobo



No está a la altura de Funny Games (1997) o La pianista (2001) , pero mantiene puntos de interés, sobretodo en la primera mitad, que es la que me transmite más sensaciones.

El largomentraje rodado a continuación de La pianista, en 2003, se sitúa en un entorno apocalípitico (sin ningún atisbo de ciencia ficción) para realizar un ensayo o una reflexión sobre la condición humana ante adversidades extremas como la presente.

Filmada y concebida con una aspereza y sequedad extremas, sin atisbo de música incidental durante todo el film. Este hecho, inevitablemente nos deja una sensación de hueco, de vacío. No se facilita información alguna sobre la causa, el contexto o los prolegómenos de la situación. Por lo que la abstracción de la película es uno de los factores determinantes en la concepción formal y argumental.

Deducimos que los recursos y comodidades básicas escasean y sobre este concepto y las consecuencias de ello (el pillaje, la caída de los principales valores éticos y morales del hombre ante una situación límite, el abuso del que se autodenomina líder ante una situación extrema, el instinto de supervivencia demoliendo al prójimo, el egoismo, la supremacía del más fuerte frente al débil, etc) se configura todo el discurso del film.

La primera parte del film (y la más interesante), y la más enfrascada en cuanto a puesta en escena, se mantiene en el ascetismo absoluto con planos panorámicos generales en los que los personajes son enmarcados en el vasto paisaje desde la lejanía y en donde la oscuridad adquiere una negrura espesa (como pocas veces se ve en cine, ya que no se recurre a la iluminación artificial). Esta primera parte ya asienta los preceptos estéticos del film y transmite muy bien el estado anímico de los personajes, perdidos ante la inmensidad del paraje natural....

La segunda parte del film y donde pierde fuelle, se sitúa cuando la madre y los dos niños llegan a una estación de tren donde se encuentran con los restos de civilización humana. Está habitada por refugiados ya inmersos plenamente en el mundo animal, y con una deshumanización cada vez más progresiva. A partir de aquí, la película se dispersa, ya que Isabelle Huppert y los niños se diluyen ante el colectivo. Entiendo la intención de Haneke de querer expresarnos la idea que el ser humano ante situaciones críticas, acaba perdiendo su individualidad (y su libertad) para conformarse dentro del estrato social que le proteja y al que acata ciegamente, pero este juicio acaba por malograr las virtudes del film, ya que en esta parte, Haneke pierde la fluidez narrativa.

Quizás por este desplazamiento de intereses y por narrarnos de forma un tanto embarrullada, la película se hace cansina. No hay claridad expositiva y el hecho de que Haneke no pierda la ocasión para jugar con simbolismos y retruécanos visuales, acaba por nublar al espectador.Por lo que es una película que empieza de forma prometedora con una propuesta arriesgada, cayendo posteriormente en el vacío, por un peso excesivo del discurso filosófico del director.



domingo, mayo 11, 2008

Fucking Amäl



"Más de la mitad de los suicidios en adolescentes varones es atribuible a la discriminación por orientación sexual". Alba Payás Puigarnau. El País. Sábado 10 de mayo de 2008.

En el mismo artículo nos sigue diciendo: "(...) muchos de estos suicidios se producen en jóvenes homosexuales que viven su orientación sexual de modo tan extremadamente conflictivo por la presión del ambiente, que acaban quitándose la vida".

Esta pequeña película sueca de 1998 nos habla precisamente de eso mismo. Porque han pasado 10 años, pero los estudios realizados en Europa en la actualidad, certifican el mismo dato que seguramente nos dirían en 1998.
Al cine, le ha costado mucho tratar la homosexualidad en el cine. No es ninguna noticia. Para ello, es de obligado visionado un excelente documental, El celuloide oculto (USA,1995) que nos narra con gran lucidez como ha sido tratada la homosexualidad en la historia a través del cine USA desde los inicios hasta la actualidad. Inesperadamente dicho documental se convierte en un auténtico tratado histórico presentando la "historia oculta del cine norteamericano".

Y tenemos que esperar hasta los años 90, para que desde Europa, se aborde la homosexualidad en la adolescencia, sin ninguna perspectiva dogmática, demonizadora y/o moralista. Sino como lo que es. Lo que nos comenta Alba Payás en El País. Un tremendo conflicto interior que trastoca la existencia de quien lo vive.

Beautiful thing (Reino Unido, 1996), Get real (Reino Unido, 1998), Fucking Amäl (Suecia,1998) y más tardíamente Tormenta de verano (Alemania, 2004) se complementan unas a otras porque todas nos están explicando la misma historia con sus distintas variaciones. Todas tienen puntos en común. Son óperas primas (por lo que no se manejan grandes presupuestos), se narran con actores desconocidos, todas ellas se centran en el presente más inmediato, se alejan de las grandes urbes y el costumbrismo es la nota común en la óptica narrativa.


¿Mi favorita? Beautiful thing, por su capacidad de convertir un drama social en un verdadero cuento de hadas. Por su ternura, su sano sentido del humor y porque fue la primera y por tanto la que ha abierto una vía inexplorada hasta que dicho film se realizó. Cuando se habla de realismo mágico, yo pienso en este film, porque consigue extraer poesía de la cotidianidad sin recurrir a ningún elemento fantástico ni a recursos melindrosos.
La wikipedia nos dice acerca del realismo mágico: El realismo mágico se define como la preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. No es una expresión literaria mágica, su finalidad no es la de suscitar emociones sino más bien expresarlas y es, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad .
La escena final, o la escena en la que consuman el amor por primera vez, en la que la cámara, respeta la intimidad de los jóvenes amantes dejando la habitación para irse por la ventana, con una ligera brisa que mueve la cortina, mientras suena una canción de Sonrisas y lágrimas (Sixteen going on seventeen), o la escena del primer beso en el bosque mientras la cámara en un travelling circular de aproximación/lejanía acaricia la escena y envuelve a los personajes mientras suena Mama Cass...

Volviendo a Fucking Amäl, Agnes Ahlberg (Rebecka Liljeberg), es una adolescente enamorada de una compañera de clase, Elin Olsson (Alexandra Dahlström), una rubia explosiva y muy popular. La película empieza de hecho con Agnes escribiendo en su ordenador cuanto ama a Elin. Por lo que, es evidente que Agnes no tiene ningún brete con su orientación sexual. No obstante, eso no significa que esté muy adaptada en su entorno. Las escenas en el colegio o la escena (terrible) de la fiesta de cumpleaños nos definen meridialmente su situación aguda de pertubación social.

Elin, en cambio, va sin rumbo, pero perfectamente integrada. Y Elin como ya pasaba en uno de los partenaires de Get Real o Beautiful thing, no tiene tan clara su tendencia sexual. Y así mientras por un lado vemos a Agnes con su profunda desazón por su abisal alienación, veremos por otro lado como Elin va asumiendo su amor hacia Elin para culminar en el final del largometraje, en una auténtica salida del armario mediatizada por un encierro en un lavabo del instituto.

Tanto Fucking Amäl como Beautiful Thing o Get real, parecen querernos decir a través de sus personajes que tener cierto éxito social o ser popular en el grupo de iguales, dificulta la asunción interior (y por tanto la aceptación) de la tendencia sexual, mientras que aquel chico/chica que se sitúa en los márgenes, precisamente por eso mismo, tiene antes interiorizada y aceptada su homosexualidad. Saben que son diferentes, y por eso mismo sufren de forma más acentuada su neurosis en su relación con el entorno y el otro. Como si el éxito social fuese un inhibidor y un retardador de la evolución afectiva de la persona.

Sacrifican por tanto la honestidad consigo mismos (o el reconocimiento afectivo) por tal de mantener su status social. Personajes con los que el director se muestra ambivalente, ya que el doble-juego en el que se ven sumidos los personajes acaba dañando al otr@. Así sucede en Fucking Amäl y se desarrolla ampliamente en Get real.


Así, Elin, no sufre ninguna depresión, pero eso no evita que esté hastiada con la estupidez masculina (el retrato de los chicos es demoledor y demasiado maniqueo), todo le agobia y le cansa y se siente profundamente asqueada con todo lo que hace. Su indefinición le desorienta y a su vez agudiza por otra parte, el cuestionamiento de su ámbito social.


En cambio, sobre aquellos personajes que se sitúan en los márgenes recae la mirada empática. Su comportamiento y su sentir es bien diferente. Como Jamie en Beautiful Thing donde le dice a su madre, ¿por qué soy tan raro? o Agnes con su intento de suicidio porque se le hace insoportable la existencia en el jodido pueblo en el que trasladaron hacen año y medio.


Podríamos pensar que Fucking Amäl es una película Dogma por sus recursos estilísticos aunque aquí está más motivado por una falta de medios que por una determinada concepción ideológica. El Dogma campaba a sus anchas en los años 90 en toda Europa, y por tanto, no es extraño, que ante poco medios y ante las ganas de estar apegado al máximo posible a la realidad y por tanto, crear un costumbrismo más auténtico, el director se dejase contagiar por los preceptos del Dogma. Esto es, cámara en mano, iluminación, sonido natural y ausencia de decorados. Algo que por cierto ya Godard y la Nouvelle Vague ya preconizaban a finales de los años 50, por mucho que el pesado Lars Von Trier en los 90 nos quisiese descubrir la sopa con ondas.

Afea un poco la propuesta formal, pero no negaré que consigue lo que pretende, sin duda por su manejo de actores (supongo que noveles), destacando especialmente la chica que hace de Agnes y por unos diálogos que han escuchado mucho a la calle y al barrio. Algo que por otra parte también se conseguía ya con Beautiful thing y Get real sin necesidad de contagiarse del movimiento Dogma.

Usuarios de filmaffinity al escribir sobre este film, pedían que este largometraje fuese de visionado obligado en los institutos para que nuestros docentes abordasen la homosexualidad y educasen en la tolerancia y en la pedagogía de la diferencia. Algo sigue fallando en nuestra sociedad para que en pleno 2008, el suicidio siga siendo el segundo motivo de mortalidad adolescente y que a su vez, más de la mitad de dicho motivo todavía sea la discriminación sexual.

¿Cuánto estamos realmente sensibilizados con la discriminación sexual? Un amigo me decía que después de la ley de matrimonios gays, ¿qué más nos falta por reivindicar?

Creo que mientras que aquel que viva la diferencia como un profundo conflicto tal como nos ilustran las películas mencionadas, todavía queda mucho por reivindicar.

Si el cine ha tardado cerca de un siglo en reparar en esta cuestión, ¿cuánto nos queda todavía por recorrer?

Os dejo con el trailer de Fucking Amal, un tributo a Beautiful thing hecho por funscenes2 en el que se muestran las escenas que yo comentaba del film, y un pequeño clip que hice yo abordando la discriminación sexual con la estupenda canción de Gary Jules, Mad World del soundtrack de Donnie Darko.







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