lunes, octubre 08, 2007

Los tenenbaums. Una familia de genios


¿Cómo encarar una reseña de un film de Wes Anderson? Comento Los Tenenbaums pero creo que, en líneas generales, lo que vaya a considerar bien puede aplicarse al resto de su filmografía (al menos las que he visto). Es lo que me gusta de él, que tiene una manera determinada de narrar, una forma de tratar las situaciones y personajes muy características y personal. Quizás el film que abordo sea el más logrado así como también el más ambicioso (que no significa que sea grandilocuente) y el que situó definitivamente a Wes Anderson en el mapa.
Su cine no es para todos los gustos aunque se suela centrar en la comedia. No soy uno de sus adeptos a su universo aunque tampoco sea de sus detractores más recalcitrantes. Valoro su mirada personal en el difícil mundo de la comedia y sus films, por lo general, suelen entrarme siempre con muy bien pie. Aunque de la misma manera que me entran, me acaban agotando hasta el punto de perder la paciencia y desear que finalicen. Me da la sensación que estira en demasía sus historias y más cuando sus líneas argumentales (las cuales son muy tenues) a veces casi se reducen a anécdotas. Ésta dura 110 minutos, pero me sucedió lo mismo con Academia Rushmore que duraba 97 minutos o Life aquatic que ya alcanzaba las dos horas.

Wes Anderson aborda el espinoso asunto de la familia desde un tono agridulce. Una familia de excéntricos y sus problemas (seguramente el adjetivo más utilizado para hablar de su filmografía) filmada de forma extravagante.
Si recordamos la estupenda Pequeña Miss sunshine allí acudimos a una familia compuesta por losers un tanto estrambóticos, pero la puesta en escena y la narración apuestan por el clasicismo, tratando de establecer un costumbrismo que acerque a los espectadores. Recordemos que también es una comedia agridulce y muy luminosa, de colores cálidos. En ese sentido, Pequeña Miss sunshine, el film en su conjunto o la filmación, no se contagia de la singularidad de sus personajes (un anciano adicto a la heroina, un adolescente que se niega a hablar...)

Wes Anderson puebla la pantalla con personajes "estrafalarios" pero a diferencia de Pequeña Miss Sunshine, sí que enfoca el film desde la excentricidad. También estamos ante una comedia luminosa y de colores muy cálidos, - el beige, el rojo teja, el ocre etc... predominan en la fotografía amén del vestuario escogido para todos los personajes,- pero la filmación recurre intencionadamente al artificio. La película se presenta como una falsa obra de teatro, estructurada en 8 capítulos, mimetizando así a uno de su personajes, Margot, que escribe/ía obras de teatro. Así como el jugueteo que establece con el falso documental. Además, la cámara sigue a los personajes, como de repente, te los deja fuera de campo de forma caprichosa o te los mantiene de frente estáticos en un plano medio americano (el más recurrido en toda la filmación), o te establece barridos inesperados que rompen la lógica de la secuencia.
Sin duda el formato escogido, (panorámico con ratio 2:35:1 que por otra parte es el que utiliza en todas sus películas desde Academia Rushmore), amplía el plano y le permite establecer mejor sus juegos de cámara. De esta manera, también acentúa el aspecto teatralizado y horizontal que Wes Anderson nos quiere plantear.

En ese sentido, el juego no se reduce a unos caracteres erráticos (exteriormente e interiormente) y a una filmación antojadiza, sino que también a unas situaciones que recurren mucho al teatro del absurdo introduciendo elementos discordantes en el marco de las situaciones.
A tal efecto, la película (ésta y todas las suyas) está plagada de ejemplos al respecto:
La tienda de camping infantil en la que se "aloja" Richie en la parte alta del edificio. El lugar que escoge Chas para hablar con su padre en privado (un armario estrecho abarrotado de juegos de mesa). Los taxis destartalados de la compañía Gipsy Cab, la presencia en el hospital del niño que estudia Raleigh St. Clair, la escena en la que Pagoda "acuchilla" con una mini navaja a Royal, etc....

Con este tono "marciano" y arraigado en el teatro del absurdo es como Wes Anderson encaja material potencialmente dramático (en la película se abordan temas como el suicidio, el amor incestuoso, la toxicomanías, el odio paternofilial, etc....) y lo filtra en su concepción narrativa.

Película, en definitiva, curiosa y atractiva, con una puesta en escena muy atrayente, y una estupenda banda sonora, amén de un elenco interpretativo de campanillas, en el que sobresale Gene Hackman como el patriarca bon vivant de la familia desterrado. La lástima, es que la película se acaba agotando antes de tiempo, como suele sucederle a Wes Anderson.

2 comentarios:

Chabela dijo...

Parece interesante por lo que comentas. Otra que me apunto.
(Cuantos deberes pones, ¿eh?)
Por cierto, he visto anunciada otra peli del mismo directos, Viaje a Darjeeling creo que se llama. ¿La has visto? Tenía ganas de ir a verla con mi parejo. Ahí te lo dejo...

elamantepolar dijo...

No la he visto porque tú ya sabes quien, su cine le repatea en el estómago....Los Tenembaums, por ejemplo, a los diez minutos dijo...¿pero esto qué es? no entiendo nada...vaya estupidez pedante. Diez minutos de reloj.
Tengo ganas de verla porque quiero que por fin su cine me convenza del todo y según parece esta última puede conseguirlo.

Creative Commons License
El cuaderno rojo by Manu Argüelles is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.
Based on a work at loveisthedevil.blogspot.com.