martes, noviembre 09, 2010

Si la cosa funciona


Tengo una buena noticia que daros. Woody Allen ha vuelto. Pensareis que me he vuelto majara cuando lleva desde 1982 entregándonos una película por año. Pero no, no me refiero a su producción. Podemos convertir rotundamente el condicional en afirmativo. Sí, la cosa funciona. Está de regreso el mejor Woody Allen. El más ácido, caustico y radical. El del gag fulminante y que te provoca una carcajada instantánea; aquel que exuda una verborrea venenosa que no te deja ni respirar, con un caudal de monólogos misántropos. En esta ocasión, el realizador, con las sempiternas gafas de pasta, reparte estopa a diestro y siniestro, pero se niega a dejarnos al final con un regusto agrio. Parece áspero y furibundo pero en realidad es dulce y tierno. Estamos ante un Woody Allen kamikaze emparentado con el de Maridos y mujeres (Husband and wives, 1992), pero sobre todo con el de Desmontando a Harry (Deconstructing Harry, 1997), una obra maestra incontestable. No creo que la mitomanía emborrone el criterio, porque esta vez, el amante de Nueva York, aunque vuelva a repetirse (¿cuándo no lo ha hecho?), nos trae sus mejores armas, aquellas que después han sido recogidas por el humor más sarcástico y agresivo, en series como Padre de familia. Reconozco que tengo debilidad por este Woody Allen frente a otras vacas sagradas de su filmografía como Hannah y sus hermanas (Hannah and her sisters, 1986).

El origen también es destino. Y en ese sentido Si la cosa funciona es el retorno del desterrado, tras su periplo por las Europas, donde nuestro genio bajito ha incursionado en dramas morales sobre el arribismo y aparentes comedias intrascendentes. La vuelta de nuestro Ulises neoyorkino a Ítaca resulta harto problemática y por ello, nuestro antihéroe conductor es un irredento anacoreta que se mantiene voluntariamente recluido en su muralla hosca y antisocial, como si fuese un extraño en el paraíso. Esa idea de regreso da forma a unos hechos narrados por Boris (Larry David) en forma de recuerdos. Y para ello, el largometraje, como gran parte de sus films, se trenza en un flujo reminiscente, donde esta vez las confluencias estructuran un aparato fílmico que seduce, convence y, en mi caso, entusiasma.

Comenzando por el fabuloso cómico, Larry David, que encarna el papel principal de Boris, como si fuese un afortunado cruce de ambos geniales comediantes. Tanto Allen como Larry David en su serie Curb your enthusiasm (alabado sea el film si también sirve para descubrir la magnífica serie de la HBO, todavía en antena), cuando interpretan, juegan con sus papeles como si fuesen la paráfrasis, en clave psicoanalítica, de su auténtica personalidad. Larry David sabe adaptarse al rol prototípico que se hubiese reservado para sí mismo Woody Allen, sin quedar eclipsado por ese aparente ejercicio de suplantación de personas. Consigue que Boris también parezca un trasunto del Larry David de su serie. En este caso, radicalizado y enriquecido por unas gotas netamente allenianas (la hipocondría, la sociopatía, etcétera). Para entendernos, justamente lo que no podía conseguir Kenneth Branagh en Celebrity (1998). Todo un pacto de caballeros. Porque si el humor de uno le debe en buena parte al otro, Allen le reserva un papel para él, y el otro se lo agradece interpretándolo. No olvidemos que Curb your enthusiasm no trata más que de las andanzas cotidianas de un humorista neoyorkino en un lugar tan inhóspito y tan alejado del savoir faire de la Costa Este como Los Angeles. Así, el Boris de Woody Allen conecta con la metáfora de sí mismo, desubicado tras el viaje, volviendo a su hogar, y con el papel que le ha dado fama al actor en su serie. No me negarán que el juego tiene su gracia.

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3 comentarios:

Antoine Doinel dijo...

Me gusto esta peli, pero creo que nunca renuncio a si mismo. Lo que pasa es que va por rachas pero nunca baja el listón, vease Scoop sin ir más lejos en comedia, o Cassandra´s Dream en drama. Por cierto muy buen papel el de Larry David pero tb el de Evan Rachel Wood (recomiendo la VO para observar lo que digo).
Me gustan sus posts.

Antoine Doinel dijo...

Yo le había dejado aquí un comentario algo excelso de esta peli, pero no se ha publicado, no se si fue culpa mía o si será por la censura de este blog, XD.

elamantepolar dijo...

Muchas gracias Antoine Doiniel. Te agradezco tus mensajes y saber que con alguien conectas. No no, no se trata de censura. Es una medida de prevención para evitar los spam. He estado liado y no había podido desbloquearlo antes. Respecto a Woody Allen, efectivamente. Yo creo que es un género en sí mismo, jamás ha renunciado a sí mismo. Saludos

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