miércoles, enero 23, 2008

Heath Ledger

Hoy ha fallecido en trágicas circunstancias Heath Ledger. La noticia de su muerte que me ha llegado vía telefónica, sms y mails, me ha producido cierta consternación. Una consternación estúpida, sin duda, pero esto son cosas que tiene la mitomanía.
El aliento trágico de su personaje inolvidable y para el que esto escribe, seguramente uno de los personajes imborrables en mi larga trayectoria cinéfila (que ya lo fue desde el momento que vi Brokeback Mountain), con la muerte prematura del actor que lo interpretó, adquiere una corporeidad física inimaginable. Esa sensación es la que me produce la sacudida al saber de su defunción.
Jack I swear....



Descanse en paz.


3 comentarios:

Chabela dijo...

¡¡Vaya!! Mi más sincero pésame! SE puede saber cuáles han sido las circunsantias trágicas?
En lo que a ti concierne, tal vez es una señal para que cierres un tipo de interpretación de la vida que se asociaba al papel de tal actor...
Besos

Chabela dijo...

¡Vaya! ¡Sí que son trágicas, las circunstancias! El suicidio es de los temas más oscuros y peliagudos que existen, espero no tener que vivir nunca uno cercano, es algo que me horroriza...
Un abrazo antisuicida

davidlexpo dijo...

A veces uno no puede plantearse cuales pueden ser las circunstancias que pueden llevar a una persona que tiene tantos estímulos para levantarse cada mañana a hundirse poco a poco en la autodestrucción. A veces se cae en el error de pensar que un suicidio es una postura meditada y argumentada, pero rara vez lo es. Lo único que podemos hacer es imaginarnos el cocktail de sentimientos que puede haber llevado a alguien a querer liberarse de todo cuando le rodea; aunque sea difícil de imaginar puesto que la mayoría de nosotros no vivirá nunca las circunstancias particulares de Heath. Sea lo que sea lo que le devoraba por dentro seguro que no fue una suerte ni su profesión ni su éxito personal y profesional. La ilusión en un futuro diferente es el mejor, o puede que el único antidoto contra una desesperación tan profunda... ¿a qué futuro mejor podía aferrarse? La mayoría de nosotros puede que nunca tengamos la desgracia de tenernos que enfrentar al vacio de todo aquello que soñamos. Siempre serán una ilusión, una esperanza... el motor de nuestras vidas, un lugar de fantasía en lo más profundo de nuestro ser en el que poder refugiarnos cerrando lo ojos siempre que nos venza la desdicha, donde poder cojer aire para poder continuar hasta el día siguiente.
Los chinos tienen una maldición que reza lo siguiente "Qué consigas todo lo que deseas".
¿Cómo sabes que es lo que deseas si nunca lo has tenido? ¿Cómo saber si lo que anhelas no es algo oculto en ese sueño? ¿Buscas el éxito o el reconocimiento y el afecto de los demás que a veces trae consigo? Porque en la mayoría de los casos sólo trae un reconocimiento que no reconoces y el aislamiento que generan la multitud de relaciones vacias.
Nunca sabremos que era lo que le atormentaba, ni lo que ha perdido para bien o para mal; sólo podemos lamentarnos de lo que, al marcharse, hemos perdido nosotros.

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