sábado, febrero 09, 2008

La ciencia del sueño


La imaginación, la vigilia, la equidistancia entre realidad y ficción, entre realidad y sueño.Y el amor, entre dos almas, dos vidas conectadas pero que solo hacen que girar en torno a ellas en una sucesión de desencuentros, que por muy cerca que se encuentren en el plano físico jamás llegan a unirse obstruidos por los temores, por la inseguridad y por la creencia fútil del amor no correspondido. Todo resulta muy interesante...sobre el papel.

Michel Gondry, después de Olvídate de mí, una de las mejores películas del 2004, tiene el reto de tirarse a la piscina sin red. Es decir sin Charlie Kauffman aportándole un sólido guión. Y desgraciadamente la narración se resiente.

En sus trabajos previos en el área del videoclip, especialmente cuando trabajaba para Björk, podíamos ver en sus realizaciones un talento visual basado en la realización artesanal, en el trabajo de materiales asociados a las manualidades que realizábamos en la escuela primaria con celofán, cartón, papel pinocho, cartulinas, telas, etc.. Y un uso de técnicas cinematográficas en desuso combinadas con cierta tecnología avanzada que acaban conformando un universo personal, propio y original con unas marcadas raíces naïf.
Michel Gondry juega con la idea de efecto pero sin ser "especial". Reivindica las técnicas antiguas en las que el cine era un hueco más en las barracas de feria, con su capacidad de ensoñación a través de trucos ópticos, juegos de dimensiones, superposición de materiales y escenarios, insertando a los personajes humanos en un mundo irreal de "cartón-piedra" con elementos asociados a la infancia y a la preservación de la inocencia.
Mélies, Ray Harryhausen y la técnica del stopmotion, los cortos de Europa del Este con muñecos de trapo animados, etc...

Human Behaviour - Björk (1993)


Así pues, La ciencia del sueño, se nos presenta como una prolongación de lo ensayado ya en los vídeo-clips más famosos de Björk. Por lo que, se pierde la capacidad de sorpresa. Todo se exponencia de forma desmesurada, confrontando el mundo onírico y real estableciendo una trenza de escenarios en la que se borran los límites que demarcan donde empieza un espacio y otro.
Las fugas hacia mundos oníricos entroncadas con el arraigo que supone el poso de nuestra de nuestra infancia, son constantes en el largometraje hasta el punto de que el protagonista, un evidente alter-ego del director, pierde la orientación, y nunca parece saber bien a qué ámbito su mente le está conduciendo, si a una percepción empírica de la realidad o bien a una percepción sensorial distorsionada por su caudal de imaginación artística. Esa reiteración acaba lastrando al film, porque el peso narrativo es mínimo, es más una cuestión expositiva. La trama no avanza con los diversos episodios (ni tampoco son disgresiones conceptuales que bifuquen las líneas temáticas del film porque todas ellas responde a un mismo motor), con lo que sutilmente, el film acaba convirtiéndose en una sucesión de videoclips que parecen descartes de imágenes ya utilizadas en su trabajo videográfico anterior.



No negaremos la coherencia con su trabajo fílmico y audiovisual anterior, su potencia como director multidisciplinar con una huella indeleble y reconocible. Pero la consistencia y la férrea construcción dramática de su anterior film, aquí está ausente, con lo que parece quedarse la película un poco hueca.

El tono del film es otro, Gondry esta vez quiere ir ligero de equipaje, nos conduce de forma liviana por los senderos de la comedia romántica ligera a través del exorcismo de sus vivencias de juventud. No es ese el problema, porque como comedia, sí que te puede mantener la sonrisa en los labios, pero el aspecto romántico pierde fuelle, aparece desdibujado, poco definido y vagamente tratado a pesar que la línea temática prácticamente se puede reducir a eso o parece centrarnos en eso. No esperaba pues, la intensidad emocional de su anterior film, pero tampoco me esperaba la torpeza que creo haberme encontrado. También contribuye a ello, a algo no intangible pero que tiene su peso en todo film romántico que se precie. Y es la falta de química entre la pareja protagonista. No tengo claro si se debe a un error de casting o a una pobre interpretación de Charlotte Gainsbourg, pero sinceramente, Gaël García Bernal no funciona bien con Charlotte Gainsbourg. Y a veces la pulsión romántica en un film se reduce a eso.

Respecto a Gäel García Bernal, valoro su esforzada y voluntariosa interpretación enérgica de su caracterización. Le imprime mucha vitalidad y frescura a su personaje, un optimismo y una felicidad muy naïf muy acorde con sus sueños, así como refleja muy bien ese carácter introvertido. También capta muy bien ese aliento de animal frágil herido ante los desprecios de la gente.Refleja muy bien ese entusiasmo, que vaya a saber usted por qué, me recordó a Johnny Depp en Ed Wood. Él sí que me convence y creo que se ajusta muy bien a lo que Gondry nos quiere transmitir.
Así pues, este canto encendido a la libertad adquirida a través de la imaginación (por la anarquía del celofán es el enblema del film), esa oposición de infancia versus madurez, naturaleza versus ciudad, onirismo versus alienación social, tiene todos los ingredientes para gozar de mis simpatías, tiene a un director del que admiro su trabajo, tiene a una actor protagonista que cumple con su cometido, pero la película me acaba fallando por su flaqueza argumental, y por su incapacidad de conexión emocional, pliegues y fisuras que acaban perjudicando al film.
Y de verdad, que con la mitad de Olvídate de mí ya me habría bastado.





3 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabía de la existencia de esta pelicula, me ha chocado bastante que una pelicula como esta, su protagonista sea Gael, pq parece ser que hace un personaje que no tiene nada que ver con sus anteriores registro y eso me parece muy interesante, aunque por lo que comentas no es muy recomendable y yo siempre confio en ti referente a gusto cinefilos.
Pero la curiosidad de ver a Gael me pica bastante xDD

elamantepolar dijo...

Esto...no, no quiero llevar yo esa responsabilidad. Ya sabes que mis comentarios son muy personales y lo que no ha funcionado para mí, no siginifique que tampoco funcione para tí. Ya digo que reune muchas cosas para que la película me hubiese gustado pero lamentablemente no fue así.
Sino conoces mucho a Gondry y si te llama Gaël García Bernal, que la verdad es que él está muy bien y ciertamente, muy alejado de lo que suele hacer, no seré yo quien te desaconseje que la veas.

Chabela dijo...

Bueno, Manu, tu crítica me ha servido sobre todo para desear con todas mis fuerzas volver a ver "Olvídate de mí". Supongo que a mí tampoco me gustará la siguiente, después de lo mitificada que tengo la anterior.
Un abrazo cinefílico

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